Autor: Efraín Barrera

Según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI) más de mil quinientos millones de dólares generaron las suscripciones a los servicios de streaming en el sector de la música en el 2014.

La cifra, impactante o no para algunos, trae consigo un dato relevante e histórico: por primera vez las ventas de música digital igualaron a las ventas físicas. La tendencia es clara y parece nada ni nadie la puede parar. No solamente es la descarga de música de plataformas legales para hacerlo (como iTunes) sino la proliferación de sitios de streaming como Spotify o Deezer donde por una suscripción y/o pago mensual, el usuario tiene acceso a un inagotable banco de música de todos los géneros.

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El equilibrio es del 46% de venta digital y 46% de venta física y según los representantes de la IFPI se necesitarán únicamente dos años para que las ventas digitales superen al formato tradicional.

La organización asegura que 41 millones de personas pagan por los servicios de streaming y cada vez más empresas buscarán explotar este mercado. Lo interesante para el consumidor será la cantidad de ofertas en el servicio y una competencia en precios accesibles para quedarse con las suscripciones.

La pregunta que surge es: ¿Cuál será el diferenciador entre cada una de ellas para que las personas, en su momento de decisión (ZMOT) elija el que más le convenga?

Porque finalmente la música es la misma, los géneros, artistas y todo lo que ella contiene. Tal vez sea el formato, la accesibilidad de multiplataforma o dispositivos, las promociones o el engagement que generen con el consumidor o incluso la exclusividad con ciertos artistas o eventos que le permitan vivir una experiencia única al usuario.

Lo cierto es que aún falta mucho por hacer, millones de personas siguen escuchando música en YouTube o Dailymotion sin pagar nada por ello (la mitad de los internautas que escucharon música en el último semestre lo hizo por YouTube)

Ahora que las estadísticas y tendencia son claras, podremos visualizar un mundo digital donde la industria de la música será para los usuarios un océano de posibilidades de compra y adquisición sin tener que desplazarse a una tienda para comprar nunca más el material físico aunque siempre será atractivo tener algo tangible entre las manos, como en antaño. Así de rápido ha evolucionado la música, hablar de discos compactos, vinilos y más formatos físicos, será solo parte de la memoria colectiva.